Estudiantes del CIUB visitan Feria del Agricultor por cuarto año consecutivo

Los niños y niñas del Centro Infantil Universitario Bilingüe (CIUB) visitaron el pasado 19 de mayo la Feria del Agricultor en el Barrio San Juan en Limón. Por cuarto año consecutivo, los estudiantes de la institución visitan este espacio y es ya una tradición que busca celebrar a las y los agricultores nacionales en su día y promover el consumo de productos frescos en las niñas y los niños del CIUB. Además de vivenciar la transacción monetaria implícita en una compra, se busca avivar el respeto, la tolerancia y compañerismo.

La feria del agricultor permite que los niños tengan la experiencia de adquirir productos, conocer la variedad de alimentos saludables que existen y sobre todo valorar el trabajo de producción que realizan los agricultores. Beatriz Álvarez, madre de uno de los niños que asiste al CIUB comentó sobre la actividad: “Se incentiva a una alimentación saludable que ahora en este tiempo cuesta, aparte de que se le da la importancia al agricultor en nuestra sociedad, ya que sin ellos no podríamos tener alimentos frescos, hortalizas, frutas en nuestro diario vivir". Por su parte. Kimberly Quirós, madre de familia, explica que “la importancia de estas actividades tan creativas es que hace a los niños independientes, con mejores sentimientos, que valoran el trabajo de cada persona sin importar cuál sea”.

Para la dinámica de compra cada preescolar poseía una imagen de una fruta o verdura a conseguir por lo que debía observar bien los productos ofrecidos y detenerse en el puesto donde pudiera adquirirlo para realizar la compra. Cada uno llevaba 1000 colones (solicitados previamente a las familias), así que los niños y niñas eran los encargados de pagar los productos, tomar el vuelto y dar las gracias, además de entregar a la persona encargada del tramo, un recuerdo elaborado por ellos mismos.

Una bella tradición dentro de esta experiencia de visitar la feria, es acercarse al puesto de Don Ferninand Anderson, agricultor de la zona de Guápiles, quien cada año sorprende a las niñas y los niños con fruta fresca para que consuman mientras realizan su recorrido. Según comentó Anderson, ese detalle lo lleva en el corazón. “Yo siento que si no lo hago no soy el mismo, eso lo tengo desde niño. Antes venía mi papá desde la finca con un caballo, en todas las casas venía dándoles caña y andaba repartiendo en todas las casas y me quedó una cosa... Amo los niños y amo repartir” expresó.

La experiencia es mágica para las niñas, los niños y cada adulto que les acompaña. Según indicó Cindy Briceño Mendoza, directora del Centro Infantil: “el ver sus rostros llenos de asombro, de curiosidad, de disfrute por las situaciones que los adultos damos por cotidianas, nos recuerda que debemos dar gracias por lo que tenemos, la dicha de consumir productos frescos que otra persona cultivó y cuidó, la libertad de caminar y escoger los productos e incluso socializar. Es una experiencia maravillosa ver a las niñas y los niños y con sus caritas nos recuerden tanto”. Además agregó que sorprende la manera en que se desenvuelven de manera independiente, están felices de ver que pueden comprar, que logran identificar su fruta o verdura asignada e incluso verles comparar la fruta o verdura real con la imagen, para cerciorarse que es la correcta.

"Para el CIUB y todos los que estamos envueltos en esta mágica aventura es muy gratificante vivir estas experiencias. Nuestro corazón se llena de alegría a cada paso que tenemos la dicha de compartir juntos y esperamos seguir haciéndolo por muchos años" finalizó Briceño.